Ya sea por un error al momento de echar los cimientos, por un defecto en materiales de construcción o simplemente por el tipo de suelo, una casa hundida puede ser la peor pesadilla de cualquier persona.
Sobre todo después de haber invertido tiempo y dinero en su construcción o peor aún después de haberla comprado sin antes revisar detalladamente la estructura.
Por ello es muy importante que de existir un desperfecto en la construcción sea detectado lo más temprano posible. Esto, tanto para evitar daños estructurales como para ahorrar miles de pesos en reparaciones.
Una de las opciones más seguras para determinar el estado de la estructura de tu vivienda es la asesoría de un contratista o ingeniero estructural. Pero también puedes buscar tu mismo señales que te adviertan sobre el hundimiento de tu casa.
Comienza buscando grietas en las paredes de tu sótano así como en las paredes de otras áreas de tu casa.
También busca pisos inclinados, estos son uno de los principales signos de que tu vivienda se está hundiendo.
Prueba las puertas y ventanas de todo tu hogar, si ya no cierran adecuadamente, se traban o hay espacios excesivos entre las puertas y sus marcos puede ser otra señal de hundimiento.
¿Hay solución?
Dependiendo del grado de hundimiento será la solución que te convenga. Ya sea cambiando los materiales de construcción, nuevos cimientos o en casos más graves, teniendo que utilizar maquinaria de carga para tirar la mayor parte de tu vivienda y volverla a construir.
Otra de las medidas extremas que puedes tomar es tener que cambiarte de domicilio ya que el suelo no es apto para construcciones.
Además, dependiendo de en donde radiques, la responsabilidad puede recaer en diferentes personas, desde el municipio hasta tu casera.
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